Calidad educativa
desde la perspectiva de las “escuelas que aprenden”,
de Peter Senge.
de Peter Senge.
¿Contribuye
la educación a disminuir las brechas de desigualdad social?
En las
agendas de Instituciones Públicas del
estado, incluyen temas enfocados a
erradicar la pobreza, la desigualdad, discriminación, generar oportunidades
laborales y se discuten temas relacionados a mejorar las oportunidades de acceso
a una educación de calidad para todos y
todas. Sin embargo, las políticas neoliberal establecidas a nivel internacional
y nacional, acentúan las desigualdades sociales y promueven la exclusión de
muchos sectores vulnerables de la población salvadoreña.
Las
escuelas se ven afectadas por una serie de presiones externas desde la
sociedad, comunidad, la familia, que afectan directamente a niños y niñas: por
ejemplo en la estructura familiar, muchos hogares en la actualidad son
liderados por mujeres relativamente jóvenes que asumen la maternidad solas y la
carga laboral, conviven junto a familias extensas donde el niño interactúa con
diferentes miembros de la familia y diferentes tipos de liderazgos, también cambios
en las tendencias de cultura popular influenciadas a su vez por la televisión,
modas, internet, influencia de amigos y otros compañeros, etc., Todas estas influencias local, regional
e internacional contribuyen a generar problemas
como violencia, abusos infantil, maternidad adolescente, desintegración
familiar, abandono afectivo por parte de los progenitores, drogadicción, etc,
las escuelas tradicionales en su mayorías instituciones públicas y privadas en
El Salvador, no están contribuyendo a disminuir las brechas de desigualdad
social, sino a marcar esas diferencias lo cual se puede observar en datos de la
prueba PAES, los datos más bajos son de las escuelas públicas y la única universidad
pública del país no cubre la demanda de estudiantes que año con año se someten
al examen de ingreso dejando fuera en su mayoría a estudiantes con bajo
rendimiento académico provenientes de hogares en condiciones de vulnerabilidad.
Al
evidenciar las problemáticas que afectan el entorno social, la comunidad y a las
familias, “las escuelas que aprenden” como plantea Peter Senge, es
probablemente la única oportunidad que tienen la persona de romper el círculo
de pobreza y limitaciones heredados de sus progenitores, bajo estas condiciones
las escuelas que aprenden es una luz de esperanza que debe potenciar las ideas
de revitalizar y renovar a los sistemas educativos, y reconciliar las
aspiraciones de sus miembros, la conciencia de conjunto y el deseo de construir
juntos el desarrollo de capacidades que permita lograr metas individuales y
colectivas a través del funcionamiento en la gestión de la institución escolar.
Cada
generación vive experiencias diferentes en el ámbito educativo, según Peter
Senge: “Las escuelas que entrenen a los alumnos para
obedecer y seguir las reglas sin cuestionarlas, no los preparan bien para el
mundo en que les tocará vivir”., para quienes han vivido experiencias educativas represivas con
correctivos drásticos (golpes, gritos) con el objetivo de “aprender” esto llega
a significar “acumular conocimientos" y "practicar constantemente”, que
un sinónimo de educación bancaria. Aquellas personas que tuvieron maestros que desarrollaron
su motivación por el estudio, voluntad de alcanzar metas, gusto por la lectura,
guarda con cariño y admiración recuerdos de esos maestros que se interesaron
por ellos, que le dieron consejos, lo animaron a avanzar, estas personas asumen
el aprendizaje desde un enfoque como plantea el Antropólogo Edward T. Hall-. "Aprender
es a la vez hondamente personal e inherentemente social: nos conecta no sólo
con el conocimiento, en abstracto, sino con nuestros semejantes”. El segundo tipo
de maestros contribuye con su actuar a formar el dominio personal, visión
compartida, modelos mentales, aprendizaje en equipo y pensamiento en sistema en
las y los educandos.
Las
escuelas que aprenden están invitadas a “Mejorar los resultados
numéricos y mantener espacios seguros para el aprendizaje”, sin sustituir la
visión amplia, individual y colectiva de las y los participantes.
En conclusión las escuelas
que aprenden son aquellas que están rompiendo los paradigmas de que el
estudiante deben complacer al maestro en primera instancia, luego en la
sociedad y en el ámbito laboral a los jefes para lograr ser aceptados y
adaptarse al sistema sin cuestionarlo. La
calidad educativa no debe ser un proceso de crisis o evolución sino un acto
planificado, un compromiso de la presente generación para el futuro que busque cuidar
la salud mental de las y los niños así como de las madres y padres que esperan
que sus hijos/as tengan las oportunidades que ellos no tuvieron en el pasado. La
educación debe potenciar a la personas de forma integral para que sean exitosas.
La comunidad y la escuela son espacio de aprendizaje y este es un proceso que dura toda vida.
Senge, P. (2002). “Escuelas que aprenden”. Bogotá: Norma.
PERISSET P. “Los docentes y
las oportunidades educativas: ¿ayuda para superar las desigualdades o tendencia
al refuerzo de las mismas?”. Instituto
Superior de Formación Docente “María Auxiliadora”. Revista Iberoamericana de
Educación. Argentina.